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LECCIONES DE CURITIBA

Jardín botánico, Curitiba. Foto cortesía de bartimaeus

Curitiba es una de esas ciudades en las que uno quisiera vivir. Una ciudad que causa una mezcla de grata satisfacción y sana envidia. No sólo porque es una ciudad pujante, por su ordenado sistema de transporte, por su procupación por el ambiente y la cultura, por sus teatros, museos, plazas y vastos parques, sino fundamentalmente porque hace 40 años la ciudad no tenía nada de eso. Curitiba es pues símbolo de una gestión ambiental eficiente e inteligente, una inspiración para los planificadores urbanos en Latinoamérica y una esperanza de que en nuestras ciudades se pueden llegar a alternativas sustentables.

ANTECEDENTES

Curitiba es la ciudad más grande del sur de Brasil (ver mapa) con 1'780,000 de habitantes, aunque su desarrollo urbano data sólo de hace 170 años. Muchos inmigrantes poblaron estas tierras a finales del siglo XIX, especialmente alemanes, japoneses, polacos, ucranianos e italianos. En la década de los 60s la ciudad confrontaba muchos de los problemas típicos de las ciudades latinoamericanas: crecimiento urbano desordenado, sistema de transporte ineficiente, hacinamiento, déficit de areas verdes por habitante, altos índices de desempleo, segregación social y espacial.

Vista de la antigua Plaza Tiradentes

En 1965 el destacado urbanista Jorge Wilheim presentó un Plan Maestro para Curitiba, en el que se planteó el desarrollo de vías estructurales, trasporte público de carril exclusivo, peatonalización de calles, entre otros. Dos factores contribuyeron al éxito de ese plan. El primero, la creación de una entidad que se encargara de ejecutar las directrices del plan, el IPPUC. El segundo, el entusiasmo de profesionales curitibanos que tomaron las decisiones técnicas y políticas para llevarlo a cabo. Entre ellos, un joven arquitecto que llegaría a ser un actor fundamental en el desarrollo de Curitiba: Jaime Lerner.

Plan Maestro de Curitiba (izq) y plan de áreas verdes (der).
Imágenes tomada de A/Mbiente, cortesía de la Fundación CEPA


LA GESTIÓN DE JAIME LERNER.

La transformación de Curitiba comenzó en los 7os, cuando Lerner fue elegido alcalde. Las primeras acciones de Lerner fueron priorizar la circulación de peatones y organizar el flujo vehicular. Era un fin de semana y, contrario al plan urbano, el gobierno brasileño había programado el ensanche de una vía céntrica para convertirla en autopista, para aquel lunes. Entonces, Lerner aprovechó ese fin de semana para peatonalizar la calle en 800 metros, la Rua XV de Novembro: se trataron los pisos, se plantaron árboles, se instaló mobiliario urbano y maceteros, todo en una jornada sin descanso de 48 horas. Cuando la gente volvió luego del feriado se dio con la sorpresa y aplaudió la medida, y el proyecto de la autopista tuvo que ser cancelado. En menos de un mes comerciantes de otras calles pedían la peatonalización de las mismas. Seguidamente se revitalizó el centro histórico mediante el programa Colores de la Ciudad, un convenio con una fábrica de pinturas.

La peatonalización de las calles fue uno de los factores de la recuperación del centro histórico.
Foto C. Zeballos

Lerner, elegido alcalde entre 1971 -75, 1979-83 y 1989-92, logró el cambio de Curitiba no mediante grandes mega-proyectos, si no merced a la ejecución de cientos de pequeños proyectos articulados, de bajo presupuesto pero gran impacto social. A continuación compartimos algunas de las estrategias más notables emprendidas en la ciudad.

EL SISTEMA DE TRANSPORTE

Desde 1974 se implementó un sistema de corredores viales exclusivos que pasaron atender del 8% de transporte que cubrían anteriormente al 32% de la demanda local. Estos ejes, que serían primero el norte-sur y luego este-oeste, vincularon el uso del suelo al transporte. Dado que un sistema de metro subterráneo era muy caro ($50 millones por km), se optó por carriles de autobuses exclusivos, cuyo costo era mucho más económico ($500,000 por km).

El sistema vial incluyó 3 canales, los dos laterales para vehículos particulares y el central exclusivo para autobuses. De esa forma se logró un sistema de transporte rápido, eficiente y barato. Imagen tomada de A/Mbiente, cortesía de la Fundación CEPA

Desde 1992 se instalaron buses bi-articulados, los llamados "ligerinhos", diseñados especialmente para la ciudad, y a los cuales se accede desde unos terminales en forma de tubo dispuestos horizontalmente.

Paraderos tubulares, una original propuesta. Foto cortesía AGM

EL SISTEMA DE ÁREAS VERDES

Curitiba fue una de las ciudades que más tempranamente instauró una política ambiental. Miles de árboles fueron plantados en las calles y el índice de áreas verdes ascendió a 55 m2 por habitante, 5 veces más de lo que recomienda la ONU. Para ello se llevaron a cabo acuerdos interesantes, muchos de los parques temáticos fueron entregados a las varias colonias de inmigrantes, quienes con ayuda de sus embajadas desarrollaron sus respectivos parques, como es el caso del parque japonés, o el parque italiano.
Para abaratar aun más los costos, en vez de arborizar áreas eriazas, se acondicionaron áreas con vegetación existente como parques y bosques públicos.

Parque ucraniano. Foto C. Zeballos

Además de la arborización masiva, Curitiba inició el programa "Lixo que não é lixo" (basura que no es basura) que consiste en la separación doméstica de residuos reciclables. Además se instauró "Mudança Verde" (cambio verde), un programa destinado a cambiar basura or alimentos o boletos de transporte en zonas deprimidas.

Una de las ciudades donde se inició tempranamente la segregación de residuos.
Foto RGB, cortesía de Rafa from Brazil


NUEVOS HITOS URBANOS Y CULTURALES

Adicionalmente a la creación de parques y a la revaloración del patrimonio histórico, se ejecutaron una serie de equipamientos destinados a fomentar el desarrollo cultural, estableciendo una red de hitos urbanos que motivaron un mayor desarrollo de la conciencia y autoestima ciudadana. Muchos de estos edificios tienen una arquitectura particular, algunos de los cuales comentamos a continuación:

Jardín Botánico

Con un área de 25 hectáreas se inauguró en 1991 un parque que alberga jardines geométricos, fuentes, un velódromo y más de 20 mil especies vegetales. El elemento central, que incluye una estructura metálica de planta ovalada, caracterizada por tres cúpulas e inspirada en el célebre Palacio de Cristal, aunque en una versión muy reducida de aquel coloso de la primera Exposición Universal londinense.

Vista aérea del jardín botánico. Imagen tomada de A/Mbiente, cortesía de la Fundación CEPA

Ópera de Alambre

Es una estructura localizada en una antigua cantera abandonada, hecha con arcos de metal y policarbonato transparente. Es precisamente el concepto de ligereza, de cultura transparente y el de economía (el edificio se construyó apenas en 60 días utilizando este sistema) los que inspiraron al arquitecto Domingos Bongestabs a crear este centro cultural que puede llegar a albergar hasta 60,000 personas al aire libre. En nuestro caso, ofreció refugio al viajero durante un breve, aunque intenso aguacero.

Vista aérea de la Ópera de Alambre. Imagen tomada de A/Mbiente, cortesía de la Fundación CEPAEl puente sobre el estanque, ofrece una novedosa composición plástica, además de ligereza y economía. Foto C. Zeballos

Universidad Libre del Medio Ambiente, UNILIVRE

También diseño de Domingos Bongestabs, y localizado en otra cantera abandonada, la Universidad Libre del Ambiente, es un foro destinado a la organización y difusión de cursos de gestión ambiental. Es una estructura hecha en maderos reciclados dispuestos en torno a una circulación en espiral.

Cada uno de los tres compartimentos que se componen ascendientemente tiene un color diferenciado, representando respectivamente al agua (azul), fuego (rojo) y terracota (tierra), estando el aire representado por un balcón que ofrece una impresionante vista del conjunto y un lago ubicado al frente del edificio. La integración del edificio al entorno paisajista es notable, subrayando su mensaje ambientalista. especial cuidado se tuvo en intervenir lo menos posible en la naturaleza. Por ejemplo la aproximación se hace sobre una caminería de madera sobre un estanque, la que evita disturbar las especies que habitan en él.
La inauguración de Unilivre en 1992 contó con la presencia del célebre explorador francés Jacques Cousteau.

Vistas de Univre desde el estanque y vista del estanque y anfiteatro desde el balcón. Fotos C. Zeballos

Los faros del saber

Son pequeñas bibliotecas vecinales, de 7000 volúmenes cada una, que cumplen una doble función. Durante el día, se convierten en centros del saber. Son locales bastante concurridos, y fueron uno de los primeros lugares en Brasil en ofrecer internet al público.

Uno de los faros del saber, foto cortesía de João Carlos Essenfelder Filho

Durante la noche, la iluminación de los faros ofrecen seguridad a los barrios, contando con vigilancia por lo que los lectores pueden acudir aún en horario nocturno.

Algunos han criticado el excesivo figurativismo de algunos monumentos, como este "esqueleto" de barco, homenaje a los inmigrantes.
Foto C. Zeballos
El Museo de Niemeyer

Tal vez la obra arquitectónica más conspicua de Curitiba, construida en el 2005 y diseñada por el genial y ahora centenario icono de la arquitectura brasileña, Oscar Niemeyer, se merece un post aparte, que esperamos tratar en un futuro próximo.

Impresionante volumetría del Museo de Niemeyer, Curitiba

El desarrollo urbano ambiental curitibano, logrado a través de pequeñas pero numerosas iniciativas, tiene muchos más logros de los que he presentado brevemente en esta entrada. Su desarrollo ambiental ha atraído a la industria automotriz limpia, elevando el PBI per cápita a 9,600 dólares. Sus parques y bosques urbanos la han convertido en la ciudad más verde del mundo. Con el 96% de la basura de la ciudad recogida y reciclada, Curitiba es la capital ecológica de Brasil, y diría yo de Latinoamérica. Con el 96% de su población alfabetizada y el 83% con educación superior, además de sus 20 teatros, 74 museos y centros culturales, le permiten gozar de una vida cultural amplia y diversa, integrando y aprovechando su diversidad multiétnica.

Curitiba es todo un ejemplo de que con imaginación y determinación, se pueden alcanzar logros urbanos importantes, aun si los recursos económicos son escasos. Parabens!

VER TAMBIEN/SEE ALSO:

- PLANEAMIENTO URBANO AMBIENTAL.

- ENLACES EXTERNOS.
Curitiba y Bogotá, un buen artículo de Federico García en Islas y Territorio

MACKINTOSH: ESCUELA DE ARTE EN GLASGOW


El impacto que tuvo la obra de Charles Rennie Mackintosh en Glasgow, Escocia, es enorme. De hecho, su estilo, la versión británica del Art Noveau o Modernismo, se denomina “Escuela Glasgow”. Y es que en Glasgow, Mackintosh está en todo lado, en museos y postales, aunque no es sorprendente que en vida este genial arquitecto, diseñador y pintor fuera más bien poco reconocido. Entre todas las obras suyas, es sin duda la Escuela de Arte de Glasgow la más relevante. En ella, además de su originalidad y de la perfecta fusión entre estética y funcionalidad, me sorprendió encontrar numerosas referencias a la arquitectura tradicional japonesa, una influencia que le fue relevante.


UBICACIÓN

Glasgow es la ciudad más grande y el motor industrial de Escocia, cuyos astilleros en el río Clyde producían a finales del siglo XIX el 80% de la industria naviera británica. No muy lejos del río, la escuela se halla apostada en una colina de la calle Renfrew, en un barrio donde predominan las casas victorianas pero donde también hay otras obras de Mackintosh. A pesar de que mi alojamiento queda en la misma calle (una bohardilla de una antigua casa desde donde garabateé algunas de estas líneas, una madrugada en que una tormenta escocesa se llevó mi sueño) no es posible distinguir el perfil de la escuela, ya que un edificio que cruza la calle como un puente bloquea la vista. El efecto sorpresa, por tanto, al traspasar este enorme pórtico, es notable: ante nuestros ojos se despliega la fachada norte del edificio de la escuela, y es notoria la pendiente que Mackintosh tuvo que resolver en los lados este y oeste del mismo.



ANTECEDENTES

Es interesante saber que Charles R. Mackintosh diseñó este proyecto cuando era practicante en el estudio de Honeyman y Keppie, apenas a sus 29 años. Mackintosh había sido estudiante de la Escuela de Arte, pero su diseño no tenía nada que ver con el estilo victoriano que se le había enseñado. Por el contrario, experimentaba con una concepción vanguardista, una volumetría masiva y austera, de masas ortogonales pero levemente suavizada con curvas, que expresaba la severidad de la tradición arquitectónica escocesa y la combinaba con la ligereza de la modernidad europea o norteamericana. De hecho, el lenguaje de Mackintosh es mucho menos ornamental que otros de sus contemporáneos modernistas, como Gaudí en Barcelona o Victor Horta en París.
El proyecto se concluyó en dos partes: la primera, entre 1897-99, constaba de talleres, la oficina del director, una sala de exhibición, servicios y la vivienda del guardián. La segunda, entre 1907-09, incluyó nuevos talleres, una biblioteca, auditorio y un salón de reuniones.



INFLUENCIAS

La arquitectura tradicional escocesa fue una inspiración importante para Mackintosh. Algunos autores han encontrado similitudes entre la imponencia de la gran fachada norte con la del castillo de Linlithgow, mientras que la escala más vernacular de las fachadas este y oeste, particularmente en la masividad de las paredes, la irregularidad de las ventanas y los volúmenes prominentes semejando torreones, son reminiscentes de las casas medievales de los barones escoceses.
Detalle del castillo de Huntly

La arquitectura japonesa también tuvo influencia en Mackintosh, quien nunca visitó Japón, pero tuviera contacto con la cultura nipona mediante exposiciones en Glasgow y Edinburgo. La organización de los espacios basados en una simple y rectilínea geometría, el uso de pantallas deslizantes, el diseño de las ventanas e incluso el diseño de la reja externa, inspirada en motivos de la heráldica nipona, fueron influenciados por la arquitectura tradicional japonesa.
Mackintosh amalgamó estas influencias con las tendencias florales del art noveau y elementos y materiales modernos, añadiendo sus propias innovadoras ideas y produciendo un conjunto ecléctico pero unitario.

LA PROPUESTA

La concepción del edificio se basa en una planta similar a una E, es decir una sucesión de talleres unidos por una espina de circulación.



El diseño favorece la orientación de los talleres hacia el norte, dotándolos de una fachada rica en ventanas que permitan el ingreso de luz natural. Hacia el este ubicó un cuarto de diseño y hacia el oeste la biblioteca.
Fachadas oeste y este

Las ventanas de la fachada norte, enmarcadas en una cuadrícula de acero que contrasta con la enmohecida textura de piedra de la pared, se decoran con unos originales puntales metálicos con motivos celtas, que sobresalen rítmicamente en la fachada.

Un poco desfasado del centro de la fachada se ubica el ingreso principal de la escuela, presidido por una escalera que refuerza su centralidad.


Frente a la fachada se ubica una larga reja metálica, decorada con formas representando animales, como un ave, escarabajo o una hormiga. En medio de la reja ubicó un arco frente a la entrada principal.


En contraposición a la imponencia de la fachada principal, las fachadas laterales ofrecen un lenguaje más vernacular.

Detalles y maqueta del lado este.
Fachada del lado este
Vista del lado sur

Los interiores fueron diseñados en colaboración con Margaret Macdonald, utilizando motivos florales y geométricos de estilo Art Noveau en las luminarias, alfombras, mobiliario, chimeneas e inclusive la vajilla.

Sala de exposiciones. Foto cortesía de Arkinka
Interiores de a escuela. Fotos cortesía de kteneyck
Talleres. Fotos cortesía de Arkinka

Vistas de la escalera secundaria, cortesía de Arkinka

Es particularmente notorio el trabajo de los vitrales en ventanas, puertas o paneles decorativos, algunos de ellos representando motivos florales o insectos abstractos.


Pero sin duda el ambiente más impresionante es la biblioteca, rediseñada en 1906. Está concebida como espacio a doble altura, con una mezanine que balconea hacia el piso principal. Se trata de una trama de columnas y vigas trabajadas con madera oscura que organizan el espacio en diversas subáreas, al estilo japonés. El techo, sin embargo, no es soportado por las columnas, sino que es suspendido por tirantes externos de hierro y decorado con vidrio multicolor. Este recurso se debe a que debajo de la biblioteca se halla el auditorio, el cual obviamente debía hallarse exento de columnas.

Vistas de la biblioteca
Auditorio. Foto cortesía Arkinka

El minucioso diseño de Mackintosh abarcó desde lo urbano (una volumentría moderna y vanguardista pero insertada en las proporciones del contexto), lo arquitectónico (tomando códigos vernaculares como foráneos y amalgamándolos en una propuesta coherente) y el diseño interior (el tratamiento de superficies, luminarias, mobiliario y elementos decorativos), combinando una estética formal única con un lógico sentido estructural, logrando una de las obras maestras de la arquitectura del siglo XX.
Detalles del techo en la maqueta

VER TAMBIEN
- ART NOVEAU-MODERNISMO



Urbanistica.: analisis de manzana y ficha de parcela.





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