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Los Vecinos del Barrio de Cartón por Alejandra Sutil

Salía de El Corte Inglés de Plaza Cataluña. Estaba cercana la Navidad, y estos almacenes cierran a las diez de la noche, ese día un frío siberiano helaba hasta el pensamiento.

En esas fechas todo el mundo tiene prisa, la ciudad es un reguero de gente cargada de paquetes, sus caras aparecen estresadas y sus conversaciones tienen un tono alto, los coches van acelerados y los cláxones suenan sin respeto.

Para evitar ese ajetreo, entro en una cafetería para dejar pasar un tiempo y pasear con tranquilidad. En apenas una hora, la ciudad cambia su decorado, el frío espanta a las gentes, las calles aparecen casi vacías y los vehículos son mínimos.

Siempre me ha gustado pasear por la noche en las grandes ciudades en esas fechas, los escaparates ofrecen sus mejores galas, las luces estratégicamente, resaltan el modelo estrella de cada una de las tiendas, los edificios más emblemáticos aparecen mágicos, la iluminación es todo un espectáculo. Las luces y las sombras… Un lenguaje fascinante.

Una señora arrastraba unos cartones de gran volumen y una mochila deslucida y pesada, descansaba cada tres pasos. Descubrí que sus pies también los arrastraba con dificultad. Yo no tenía prisa, y era más joven que ella (eso pensé al mirarla) me ofrecí para ayudarla, en su cara notaba que estaba enferma. No se negó, así que cargada con los cartones la seguí hasta la Calle Ribadeneira, justo detrás de El Corte Inglés.

El escenario que se abrió ante mis ojos era dantesco. Junto a La Casa de la Dona (Un centro de atención para la mujer) hay un rincón con una pequeña cobertura, en el suelo colocados en batería una docena de indigentes formaban un improvisado barrio de cartón, mujeres y hombres, jóvenes y menos jóvenes, unos “fumaban” otros se inyectaban, otros dormían, los menos, tenían una manta bajo una caja de cartón abierta por un lado a modo de caseta, otros, como esta mujer, se disponían a dormir con el suelo como lecho y el cartón como manta

¡Todos ellos, con el cielo como techo!

Al llegar, todas las miradas se centraron en mí, sentí un miedo terrible, pero en unos segundos, el dolor absorbió al miedo y con voz que quería ser jovial les dije ¡Aquí os traigo a la compañera! Le miraba a cada uno de ellos, escudriñaba sus ojos buscando sus intenciones, la mujer a la que acompañé, se quitó la bufanda que cubría cabeza y cuello y pude comprobar que era una chica joven algo más joven que yo, sin lugar a dudas. Ella les dijo- no seáis malos con esta mujer, que si no me ayuda no llego, creo que tengo fiebre

¿Quieres una aspirina? Creo que llevo en el bolso- le ofrecí, aceptó y busqué en mi bolso. Al abrirlo, las miradas se centraron en él, y de nuevo el miedo acudió a mí, saqué la aspirina y al ponerla sobre su mano comprobé que ésta estaba muy caliente – Creo que tienes mucha fiebre.

-Si, y estoy muy cansada, quiero dormir

¿Quieres que te acompañe a algún dispensario? debería verte un médico.

-No, no, con la aspirina me bajará.

Los compañeros le ofrecieron un cartón de leche, la joven dio un trago y se tomó la aspirina, rebuscó entre los cartones que habíamos transportado, y eligió uno, lo puso sobre el suelo y sacó de la mochila un trozo de manta mugrienta, la puso sobre el cartón y con otro se cubrió casi por completo, puso la mochila bajo su cabeza y cerró los ojos olvidándose de mí.

Sentí dolor, mucho dolor, y un sentimiento de impotencia tan fuerte, que me marché apresurada, pues sentía que las lágrimas corrían por mis mejillas.

Me olvidé de mi paseo nocturno por la ciudad. Había ido en el autobús con la intención de no tener problemas de aparcamiento y de regreso coger un taxi, directamente paré el primer taxi que pasó y regresé a casa.

No podía dormir, estallé en llanto al notar el calor de mi casa, sentí que yo no debía tener tanto derroche de calefacción, mientras esas personas de morían de frío, sentí remordimientos de ser privilegiada. Un sentimiento de culpabilidad se hizo fuerte, me derrumbé en el sofá rota de dolor e incapaz de soportarlo me levanté, cogí dos termos y los llené de leche caliente, galletas, magdalenas, e hice unos bocadillos de pan de molde (pues no tenía mucho pan en casa) abrí mi armario y cogí dos abrigos y algún jersey, cogí las mantas que pude cargar y con todo ello me fui hasta mi coche, antes de salir de casa, fui a las habitaciones de mis hijos que dormían felices y calentitos. Dí gracias a Dios por verlos así, pensé en los padres de aquellos jóvenes, estarían llorando preguntándose donde estarían sus hijos… Culpé a la sociedad (yo incluida) por permitir que estas cosas las veamos y nos quedemos de brazos cruzados.

Había pasado la media noche cuando paré el coche junto a ese improvisado barrio. Ya no tenía miedo ¿Qué me podía pasar? No llevaba dinero ni tarjetas de crédito, solo había cogido mi D.N.I. jamás daré dinero para la droga, pero ayuda para la recuperación de esos jóvenes ¡toda!

Desde ese día, siempre llevo mantas en el maletero de mi coche que, de tanto en cuando las tengo que reponer porque, siempre hay Alguien que Necesita Calor.

Dos meses después tuve la primera entrevista para entrar como voluntaria al servicio de jóvenes toxicómanos en rehabilitación y enfermos de sida terminales, junto con un grupo de amigas/os, de la mano del padre Ricardo Dasí, sacerdote de la pastoral de San Juan de Dios, en San Boi de Llobregat. En Mollet del Vallés, tuvimos el primer piso de acogida.

Tengo que decir que los mejores momentos de paz interior, los he tenido al sentar en mi casa y en mi mesa, a personas que yo he sabido que pasarían la Navidad solos, sin apenas conocerlos, e incluso, algún indigente.

La Justicia en España


Muchas veces cuando leemos la Constitución Española parece que estamos ante una verdadera fabula de Caperucita y el Lobo feroz. Pero algunos entenderán lo que quiero decir, la distancia entre un país bananero y subdesarrollado donde cada cual -a mas bárbaro- hace lo que quiere y un país -con dosis imprecisas de justicia y de equidad- esta en la redacción de la carta denominada "magna".

En el 2008 Alejandro Nieto en su conferencia magistral de honoris causa por la Carlos III de Madrid llego a manisfestar: "Hora es de dejar de burlarnos de los ciudadanos y de engañar a los estudiantes" haciendo creer que las leyes son las que ordenan la sociedad y ya que son solo puntos de referencia que a groso modo se ponen a disposicion del funcionario a sabiendas que primara la voluntad del juez que se regirá por unas directrices y solo primara el criterio personal de su aplicacion.

Pero claro en esta diversidad de criterios están los contrapoderes, es decir los mismos mecanismos de los compañeros que detestan incidencias, la propia posibilidad de recurrir, aun a sabiendas que la corrección por órgano superior es escasa y los propios mecanismos de denuncia que establecen las leyes.

Pero como todo esta inventando, el elemento fuerte esta en la casuística, es decir en el propio razonamiento del proceso seguido y que la razón se ha producido por una propia valoración de las leyes y la forma de su aplicacion. Pero claro todo esto vuelve a la primera premisa del "dejen de burlarse de los ciudadanos"

No es que obvie la trascendencia y responsabilidad de dejar la 50% de los ciudadanos sin razón (que es lo que normalmente se establece en un proceso) y cuando me refería a los contrapoderes
es posible que el mas señalado sea la capacidad o poder social que pudiera tener las partes. Sino a la propia referencia de ser el justiciero una persona de calle, en la mayoría de los casos de un nivel adquisitivo alto, pero con un interés de pasar desapercibido dado el peso que en determinadas causas pudiera tener.

No me gustaría cansarte con esta temática arto aburrida para aquel que no ha padecido los errores judiciales o sus arbitrarias respuestas. Pero espero que al igual que fabula del lobo feroz me de luz para salir de ser un país mediocre en una de las materias mas demandadas por las personas que invierten en España. Cuando he estado en Inglaterra algunas personas me preguntaban como las autoridades no se han percatado de que se estaban produciendo el desordenado crecimiento y venta de inmuebles con todas las bendiciones de Ayuntamientos, notarios, registradores y ahora aparece la Administración regional para infundir el terror en todos aquellos que compraron con todas las bendiciones.

A todo esto las posibilidades del TC son mínimas, corrigen un pequeñisimo porcentaje de los pronunciamientos y en las mayoría de los casos llega tan tarde que el usuario se ve obligado a pedir una indemnización por irregular funcionamiento de la justicia. Cuando se embarca en esta ultima azaña ya han transcurrido tantos años y la cantidad es tan ridícula que se olvida de todo y nuevamente volverán a ocurrir estos casos sin ningún tipo de solución.

Alejandra Sutil (2)

mujer

Continuo mi correspondencia con Alejandra y ella generosamente me manda sus experiencias que me resultan de mucha utilidad. Su grado profundo de entender las relaciones con personas marginadas, a modo de guía, manual de utilidad de su propia experiencia novelada.

Un Cielo Gris - Un Cielo Azul
Por Alejandra Sutil
… El se marchó de la ciudad, su mirada estaba en otro lugar, yo sabía que seria así, nuestra relación no podía tener futuro, su vida, sus inquietudes, su corazón, no me pertenecían. Los dos lo sabíamos, una parte de mi vida se iba con él Tenía que dar luz y color a mi vida, comenzar de cero, poblar mi existencia con otras almas, otras caras, otros colores… Reparé en la mirada perdida de alguien que, como yo, necesitaba ayuda, ayuda diferente, pero necesitaba mucha ayuda, mucha atención y mucho amor, no sufría solo su corazón, estaba enferma su mente, su cuerpo.
De repente, su mirada se centró en mi persona, capté su intención, la mirada que dirigió a mi reloj de oro lo descubrió, traté de encoger mi brazo y esconderlo bajo la manga de mi chaqueta, él, al mismo tiempo, notó mi temor, su mirada adquirió un profundo dolor, una dantesca desesperación afloró a su rostro, me hice fuerte ¿No tenía él más, mucho más, que perder que yo? Le sonreí, apenas una mueca de sonrisa. Le abordé sin tener la seguridad de salir ilesa.
-Te entiendo, entiendo por lo que pasas, si quieres te puedo acompañar a algún lugar donde puedan ayudarte, no a destruirte, sino a devolverte a la vida, a una vida con calidad, a quitarte la angustia que esta reflejada en tus ojos. Se derrumbó, sentí que el destino alumbraba el sendero por donde debía comenzar a caminar, y caminar en dirección donde había gente que, como este chico, estaban al borde del precipicio, tambaleándose ante el abismo.
- Tú no puedes entenderme, tú no puedes saber lo que es esto, tú no puedes saber lo que siento cada vez que tiro de un bolso, yo no soy un ladrón, es el monstruo que llevo dentro. -A ese monstruo podemos vencerle antes de que él te venza a ti y te destruya.
Me miró con incredulidad, de nuevo su mirada se fue a mi muñeca, donde el reloj apenas se escondía bajo la manga. Desabroché la cadena y cogí el reloj, lo puse sobre la palma de mi mano y le dije
- Mira a lo mejor este reloj nos saca de apuros. Vamos a tomarnos un café y hablamos. Metí el reloj en mi bolso, era un insinuante, un reclamo, debía esconderlo estaba siendo una tentación. Descubrí que, ante estos chicos, hemos de evitar este tipo de cosas, ellos luchan por conseguir un dinero para alimentar la fiera, esa fiera que está dentellando su cuerpo hasta darles muerte, si se lo ponemos fácil, van a robar con toda seguridad.
Estábamos en Plaza Cataluña, caminamos hacia La Rambla y entramos en la cafetería Zurit. Me explicó que se había marchado de su casa porque temía que la policía le fuese a buscar, tenía “asuntillos” pendientes. Yo le dije que, si íbamos a la asistenta social, podría darnos alguna solución, buscar un abogado, o alguna otra cosa, por último le sugerí ir al Spot, un centro de la Generalidad de Cataluña para toxicómanos en rehabilitación (esa era mi intención desde un principio, pero sabía que si se lo decía de entrada se negaría) le dije que yo le acompañaría. Se negó rotundamente, las manos le temblaban y le noté unos ligeros espasmos que me advirtieron que tenía que actuar de otra forma, más deprisa. El monstruo nos estaba ganando terreno. Le propuse una idea.
- Te acompaño al Spot, allí te proporcionan un abogado, y después te doy dinero para tu dosis (jamás daría dinero para droga, jamás colaboraré en esa destrucción, pero sabía que allí le darían Metadona y tenía que hacer que aceptase ir, después los psicólogos harían el resto, le ayudarían mejor que yo) aceptó, yo conocía este centro por una amiga que tenía un hijo toxicómano, y nos dirigimos andando hacía la plaza de San Jaime.
Lo dejé a buen recaudo, supe desde un principio que podía ser un chico recuperable porque había tristeza y nobleza en su mirada, pero también sabía que cada día de su vida, tendría que luchar contra la droga. Decidí que yo ayudaría siempre en esa difícil y terrible lucha (Más tarde entré como voluntaria en este centro, junto con mi amiga).

El arte de los pequeños comienzos



Hoy estoy leyendo este articulo sobre "el arte de los pequeños comienzos" del bloguer Scott H Young http://www.scotthyoung.com/blog/get-more/
Todo lo grande ha comenzado siendo pequeño, lo que nace siendo grande muere.
La traducción del articulo que esta en esta pagina en ingles lo pongo continuación http://www.scotthyoung.com/blog/2009/09/14/the-art-of-the-small-start/
Os diré que me ha conectado mucho con muchos de mis proyectos y sobre todo con la energía que hay que tener para llevarlos a cavo. Todo ello lo explica en sus mas de 700 post Scott, incluso introduciendo a la practica vegeteriana como metodo de mejorar eficiencia y energía.
Desafortunadamente no vivimos aquí en el sur de Andalucia con esos hábitos incorporados y el clima puede hacer estragos en muchas de estas dietas. Ya lo probé en mis años de viajes a la India cuando realmente estaba concienciado de que comer cadáveres de animales era un mal invento. Pero claro la cultura te hace volver a los habitos culinarios de donde vives y dificilmente te convertirás a nuevas posibilidades si no quieres convertirte en un bicho raro.
Os añado una mala traducción del articulo de Scott:

Hace poco recibí un correo electrónico exasperado de un lector que se ha fijado grandes objetivos pero no tiene idea de por donde empezar. Alguien debe haberle dicho el mito que dice que usted necesita empezar a grande. Y el mito de que antes de empezar cualquier cosa se necesita saber exactamente cómo terminarla y saber donde va a parar.

He leído el libro de Guy Kawasaki, The Art of the Start. Es un libro popular, pero creo que se pierde en el gran punto. Que la vida no se define por epifanías, las grandes ideas o los grandes arranques. Siempre he sentido la vida es mejor definido por un montón de pequeños arranques y finalizaciones. No momentos supremos de claridad, sólo la decisión de intentar algo un poco más difícil que el día anterior.

Cómo usted puede arrancar un negocio, sin comenzar alguna cosa.

Cuando hablo con muchos de mis compañeros acerca de negocios mejor corro, tengo a menudo expresiones como: "¿Dónde crees que comienza eso?" La respuesta es sencilla: no lo se. Sí, me he fijado metas para iniciar un negocio en línea antes de arrancar. Pero lo que yo había previsto inicialmente no es lo que está aquí hoy. Casi nada de este negocio actual es como yo la había visualizado. Además, muchas de las cosas con las que no tengo ningún problema hubieran estado totalmente fuera de mi experiencia cuando empecé.

Mi idea de vender productos de información provino de ofrecer libros electrónicos gratuitos. La oferta de un libro electrónico provenía de la redacción de artículos. Escribir artículos para practicar fue el contenido de texto en un programa de software. El programa de software fue impulsado por mi práctica de juegos de la escritura y la lectura sobre los negocios en línea. En lugar de seguir un camino recto, con un principio claro, aquí todo lo que hoy solo, una especie de ... sucesos. Muchas pequeños arranques y pequeños proyectos han evolucionado de la misma manera. Claro que hubo grandes visiones, pero ninguno de ellas realmente ocurrió. En su lugar se creó algo nuevo.

Así que si estás interesado en comenzar un negocio, usted no necesita saber nada. Usted sólo necesita llegar al primer proyecto dirigido en la dirección correcta.

Arrancar no debe aterrar.

Si usted tiene demasiado miedo para empezar es que ha elegido el proyecto equivocado. Es así de simple. Usted ha escogido un proyecto que es demasiado enorme para hacer frente a todos a la vez. Un poco de incertidumbre o el miedo es natural en cualquier situación nueva, pero si su temor le hace voltear la espalda usted necesidad abandonar. Ignoro los consejos que se centran incansablemente en la superación de los miedos; Claro que es un mantra popular, pero no creo que funcionen la mayor parte del tiempo. Un mejor enfoque es aprender a manejar sus temores por la elección de los pequeños pasos que pueden sentirse incómodos, pero no aterradores.

Si usted tiene pánico de hablar en público, hacer la comedia de improvisación en la noche con micrófono abierto probablemente no sea la mejor ruta. La mayoría de la gente reconsiderará la tarea y se quedara en casa. Un mejor enfoque es ir a Toastmasters y tratar de hablar delante de un grupo de 10 personas que están dispuestos a apoyarlo. Pequeños pasos consiguen más progresos que los saltos imposibles.

¿Qué pasa si No sé por dónde empezar?

Creo que esta pregunta en sí misma suele revelar una mentira. En verdad la mayoría de la gente podría al menos adivinar dónde hay que empezar. Si desea vender un guión para un estudio de cine importante no tiene mucho complejidad darse cuenta de que la práctica de la escritura es un buen lugar para comenzar. Lo que confunde a la gente son todas las cosas que hay en medio y que conecta a la práctica de la escritura con la venta de un guión. No se preocupe por ellas: arranques pequeños no tienen que ser perfectamente correctos, sólo necesita moverse, dar un paso más hacia la meta. Una vez que complete un paso, usted aprenderá más y será capaz de dar el siguiente.

Un ovación a los arranques en pequeño por todas partes.

Ahora, supongo que hay uno o dos de ustedes que están en el camino del éxito comenzando algo grande. No sólo hablando de su gran idea, sino que su puesta en práctica. Sin embargo, para cada uno o dos grandes de arranque, hay probablemente unos pocos miles de personas que no hacen nada en absoluto. En lugar de elogiar el gran arranque (la mayoría de las personas que, como yo, no lo consiguen) me gustaría elogiar a los cientos de arrancadores en pequeño. Las personas que, de una manera u otra, están frente a algo pequeño como para desenvolverse en el área que están interesados. Ellos no tienen todas las respuestas, ni el coraje para hacer todo, pero estas personas, poco a poco, están tallando su propio camino y disfrutan el proceso a donde los conduzca.


Alejandra Sutil




Llevo algun tiempo escribiendome con Alejandra. Ella, una gran apasionada de la arquitectura, conecto a traves de mi blog Jmmag y pudimos mantener una entrecortada serie de emails y alguna que otra sesión de chats.
Mi conexion con la arquitectura y mi pasion por el proyecto no me vino de mis 25 años en el sector de la construccion sino de mi experiencia en India y en la relación que mantuve con una legión de arquitectos que impulsaban proyectos de desarrollo. A partir de ahí y viendo que con un proyecto pensado y prototipado se podía hacer mucho bien a una comunidad y que el efecto inmediato de dicho éxito podía ser imitado en comunidades cercanas.
Hoy nuevamente Alejandra me trae inspiración. Y es que me remite una redacción bella de su introducción en el voluntariado social y su colaboración con grupos desfavorecidos a través de ONGs con las que colabora y que un buen día descubrió tras pasar ese puente que dentro de la insolencia que muchos no vemos nunca.

De Alejandra Sutil 12/9/09

Puentes de Conexión

No tenía ni aliento para un suspiro, ni puerta donde escapar, ni ventana donde saltar, todo, absolutamente todo estaba oscuro y denso. La vida me dolía hasta escocer. Tenía treinta años y sentía que mis pies no se afianzaban en un mundo en tinieblas, necesitaba huir iluminar mi camino, mi luz y mi guía se había apagado en un fogonazo cruel y despiadado. La mano amiga, la mano protectora, la mano cálida, me había soltado, y me quedé atrapada en las cuerdas de la libertad. No sabía el camino que debía coger. Vagué por un mundo de luces de neón, frenética y embrutecida, Cada día las mismas caricaturas sin nombres ni colores, a dentelladas quería quitarme la soledad y el frío de mi corazón, el ruido estridente de la música y el parpadeo de las luces de colores, apagaba mi grito. Tenía la seguridad que había cogido una senda equivocada – Tenía todo lo que era, y tenía solo eso – Serra Estellés. Hoy sé que, el destino tiende unos puentes de conexión, y ese puente tardé diez años en cruzarlo, porque… Un día, sentí que en medio de aquellas caricaturas, alguien me miraba y me decía, Ven, cerré los ojos y comencé e ver, tapé mis oídos y comencé a oír, toqué unos rizos, y comencé a sentir que otra música se instalaba en mis sentidos, tenía voz, tenía nombre, tenía color. Sentí que volvía a pisar suelo firme, Puse alas a mis emociones aletargadas y empezaron a revolotear, y me dejé balancear, me dejé llevar.

Caminamos por un camino con olores a tomillo, romero, hierbabuena… Viví un sueño al que no quise nunca darle nombre, ese sueño no tenía futuro, no tenía continuidad, era, es, un sueño imposible, pero hubo tanta belleza, tanta verdad, que sin necesidad de decirnos adiós, sabíamos que debíamos separarnos. Y de nuevo, otro puente se tendía bajo mis pies. Había una diferencia importante, esta experiencia había sido constructiva, bellísima, me despertó a un mundo de ilusiones, de ganas de vivir, de deseos de aprender, de ser útil, miré a mi alrededor y descubrí que había mucho por hacer, por tanto, aunque todo estaba igual de mal, yo estaba bien, tenía fuerzas para luchar, para emprender un camino sabiendo donde iba, y que hacer.

Descubrí otro mundo donde entregar mi amor, descubrí que entregando amor y ternura a quien más lo necesita, yo estaba recibiendo amor, diferente, pero llenaba mi corazón y mi vida, al mismo tiempo que era de utilidad para una sociedad marginada, una sociedad abandonada a meced de la droga, descubrí que había una sociedad anciana, que necesitaba compañía, descubrí que había enfermos solos, sucios, y sin apenas poderse alimentar, descubrí que, había que denunciar estos casos a la asistencia social, tenía que implicarme, y lo hice, me empleé a fondo por todos ellos, y ellos me dieron la razón de mi vida, la llenaron de hermosos paisajes, esto es recibir el amor en estado puro. Ahora pienso que nada pasa porque sí, todo tiene un porqué, ahora pienso que si yo no hubiese atravesado, aquel puente de luces de neón, no habría conocido a esa gran persona que fue mi pigmalion, si no hubiese tenido la sensatez de alejarme de un amor que sabía imposible, si no hubiese, sabido atravesar ese segundo puente con decisión y fuerza, mi vida no estaría llena de hermosos pasajes, no habría sentido la emoción, la satisfacción indescriptible de dar calidad de vida y calidad de muerte a esos chicos que habrían muerto, con la jeringa puesta, en la calle o en el lavabo de algún bar. No es tarea fácil, pero tampoco imposible. Pensé que con uno de los chicos que aparté de la droga es suficiente para sentir que mi trabajo no a sido inútil, con un solo de los chicos a los que pude dar un beso a la hora de su muerte, apretarle una mano y decirle, no estas solo, es suficiente para justificar mi esfuerzo, calidad de vida y calidad de muerte es a lo que todos tenemos derecho.